Escaleras de interior
Siempre hemos defendido que la arquitectura y el interiorismo se nutren de las aportaciones de las diferentes disciplinas que estudian lo colectivo, nuestra forma de habitar el mundo. Sus conceptos y perspectivas nos sirven de valiosos recursos para diseñar y reinterpretar los espacios que componen nuestros proyectos de arquitectura e interiorismo. Pues, al fin y al cabo, son espacios donde habitamos, nos relacionamos y vivimos.
De este modo, el antropólogo francés, Marc Augé, propuso el concepto no-lugares para referirse a los lugares de paso, de continuo flujo, que acaban desplazando los lugares estables en nuestras sociedades actuales donde el movimiento es protagonista. Son lugares pensados para el tránsito, en los que nadie se para más allá de la espera que ordena o dificulta el tránsito. Los pasillos o el andén del metro, el vestíbulo del aeropuerto, de la estación del tren o las propias carreteras son ejemplos clásicos de no-lugares.
Desde la perspectiva del diseño interior y la arquitectura, el no-lugar resulta un concepto muy interesante ya que de un modo parecido, podríamos decir que las escaleras y pasillos serían los no-lugares de nuestras viviendas, edificios en los que trabajamos, realizamos gestiones, compramos o disfrutamos del ocio.
En posts anteriores publicados en nuestro blog de interiorismo y arquitectura, hemos hecho referencia a nuestra visión particular de los pasillos y los modos que tenemos de eliminarlos, transformarlos o aprovecharlos. Con las escaleras nos proponemos lo mismo, pero con la dificultad de que no las podemos eliminar con el diseño de una nueva distribución de los espacios.
Podéis visualizar en el siguiente post un resumen de cómo entendemos la idea de transformar un pasillo para distribuir de forma más funcional el espacio.
Como arquitectos e interioristas, optamos por dos recursos que a menudo conviven. El principal reside en la sublimación, es decir, en dotar a la escalera de un protagonismo estético que embellezca el conjunto. De este modo, tanto su situación como sus acabados e iluminación, son características determinantes para conseguir destacar la escalera como un elemento estético y singular en el conjunto más allá de su estricta funcionalidad, ya sea mediante peldaños volados, la utilización de materiales como la chapa de hierro, con pisada de madera, microcemento, recubiertas de cristal o con la iluminación como reclamo.
El segundo recurso que os proponemos es el aprovechamiento funcional de los huecos, pisadas o paredes de la escalera. En este sentido, como interioristas, os proponemos la instalación de muebles a medida, estantes u hornacinas que sumen espacio de almacenamiento y saquen la escalera de la condición de no-lugar, dándole un sentido más allá del tránsito.
A continuación, os mostramos algunas de las escaleras presentes en nuestros proyectos de interiorismo, que mediante la sublimación o el aprovechamiento funcional reclaman protagonismo para dejar de ser un simple lugar de paso:
Escalera con la pisada iluminada y baranda de cristal transparente para el showroom de cocinas de Azul Acocsa.
Una escalera con un panel de cristal enmarcado en madera envejecida que realizamos para una casa en el Baix Empordà.
Escalera acabada en microcemento con un panel divisor de cristal para un apartamento tríplex cerca de Barcelona.
La recuperación y decoración de la belleza preexistente en el hotel Can Casi en Regencòs, Baix Empordà.
Uno de nuestros clàsicos: chapa de hierro doblada y lacada, con baranda de hierro negro en la pared y panel de cristal transparente por el lado abierto en el quíntuplex que reformamos en l’Eixample. O bien la misma chapa en hierro negro tan solo barnizada y con la inestimable presencia de Kira bajando por ella en el dúplex cerca de Sagrada Familia de Barcelona.
Toda una libreria se esconde en la escalera de este dúplex situado en la Vila Olímpica de Barcelona. La pisada de madera en contraste con el color de la estructura y el panel vertical acristalado la transforman en el ejemplo perfecto de sublimación y aprovechamiento.
Para finalizar, la propuesta más ligera i minimalista. Escaleras con peldaños volados, ya sean de madera como en el proyecto de interiorismo que realizamos en esta casa de Andorra, o bien de metal como los encontramos en nuestro estudio en Barcelona.